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Instituto Nacional Browniano

ACCIONES NAVALES

DEFENSA DE CARMEN DE PATAGONES 7 de marzo de 1827

En el segundo año de la guerra contra el Brasil, el Imperio había sido jaqueado por mar en la batalla naval de Juncal (8/9 de febrero 1827), por la escuadra argentina al mando del Almirante Guillermo Brown, y derrotado por tierra por las tropas al mando del general Carlos María de Alvear en los campos de Ituzaingó (20 de febrero 1827).

A los pocos días de estas derrotas, el Imperio decidió atacar la principal base de operaciones de nuestros corsarios: el puerto de Carmen de Patagones, ubicado en el extremo sur de la provincia de Buenos Aires.

Recordemos que, debido a la abrumadora superioridad brasileña, el gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata expedía patentes de corso, con el propósito de aumentar su poderío naval y hostigar el tráfico mercante de los enemigos. Y fue Carmen de Patagones, el fuerte más austral del territorio argentino en esos años, el que, alejado del teatro de operaciones del Río de la Plata, se convirtió en refugio de los corsarios argentinos, donde podían desembarcar sus botines de guerra, reparar su naves, descansar y reabastecerse. Pero, al mismo tiempo, significaba un punto estratégico que Brasil deseaba poseer, no sólo porque allí se encontraban nuestros corsarios, que importaban un serio peligro para el comercio brasileño, sino también, porque atacando el fuerte y tomando la ciudad, podrían promover malones indios sobre las poblaciones de la provincia de Buenos Aires.

Debido a una incursión similar padecida dos años antes, el corsario Jaime Harris había montado una batería de cuatro cañones en el médano de Punta Redonda, frente a la boca del río Negro, mas el fuerte sólo contaba con un número reducido de milicianos veteranos. El principal elemento de defensa fueron los buques corsarios que se hallaban fondeados frente al puerto: corbeta “Chacabuco”, que estaba en reparaciones, comandada por Santiago Jorge Bynnon, escocés de 29 años de edad y vasta experiencia naval adquirida, al igual que su contendiente Shepherd, en las campañas emancipadoras de Chile y Perú a las órdenes de Lord Cochrane, y que además contaba con la confianza y el respeto de Brown; el bergantín “Oriental Argentino”, conducido por Pedro Dautant, y las balleneras “Hijo de Julio” e “Hijo de Mayo”, mandadas por Francisco Fourmantín y Jaime Harris, respectivamente, además de tres piezas recientemente capturadas a los brasileños: “Bellaflor”, “Imperatriz” y “Chiquinna”.

Finalmente, una división de buques brasileños zarpó desde Maldonado. Encabezada por la corbeta “Duquesa de Gollaz” al mando del capitán Jaime Shepherd, y las corbetas “Escudeiro”, “Constancia” e “Itaparica”, con cuatrocientos soldados y dos pilotos que conocían en detalle la costa patagónica, la flota cruzó la barra del río Negro, encallando y hundiéndose la “Duqueza de Gollaz”.

A su entrada, acallaron el fuego de la batería apostada en Punta Redonda, por lo que Bynnon se vio en la obligación de cambiar sus planes de defensa. La “Chacabuco” envió sus cañones a tierra, mientras los restantes buques se acodaron en previsión de un ataque. Los soldados de la guarnición, a órdenes del coronel Felipe Pereira, fueron secundados por vecinos y gauchos voluntarios, incluidas mujeres, impulsados por defender a su pueblo del ataque enemigo.

Trescientos brasileños lograron desembarcar en la costa norte, dirigidos por el capitán Shepherd. En la madrugada del 7 de marzo de 1827, luego de una marcha nocturna, extraviaron el camino que debía conducirlos al pueblo. Los atacantes se hallaban a la altura conocida con el nombre de Cerro de la Caballada. Allí se realizó el encuentro entre esas fuerzas y las locales mandadas por el coronel Felipe Pereyra, poderosamente auxiliadas por la artillería de los buques, los cuales, abandonando la anterior posición contemplativa y con sus cañones a bordo, concentraron el fuego sobre los invasores. En uno de esos disparos, el jefe brasileño cayó herido de muerte. Su gente, rendida de cansancio, se retiró hacia sus barcos. El incendio de los campos resecos, la falta de agua y la muerte de Shepherd decidieron la rendición de los invasores.

Entretanto, los buques argentinos se habían lanzado resueltamente sobre los enemigos. La “Bellaflor” de Bynnon, rompió fuego sobre el “Escudeiro”. Tomado ese buque, los argentinos atacaron la “Constancia”. Marinadas ambas presas, atacaron la “Itaparica” en las proximidades de la desembocadura. Se destacó el desempeño del aspirante Juan Bautista Thorne, siendo el primero en saltar al abordaje y arriar el pabellón. Con esta actuación, se hizo posteriormente acreedor del comando de una de las naves de su patria de adopción.

La expedición costó a los brasileños cerca de seiscientos hombres y cuatro buques, mientras que para los republicanos hubo sólo dieciséis bajas.

Las tres naves brasileñas capturadas llevaron luego los nombres de las acciones gloriosas de ese año 1827: “Ituzaingó” se nombró a la “Itaparica”, “Juncal” a la goleta “Constancia” y “Patagones” al bergantín “Escudeiro”, en el que embarcó, como primer teniente, Juan Bautista Thorne.

Son fieles testigos del frustrado intento de invasión al territorio nacional, las dos banderas capturadas a los brasileños que hoy se exhiben para la memoria de los argentinos en la iglesia Nuestra Señora del Carmen en Patagones.

El triunfo del Juncal, la derrota de la expedición brasileña a Patagones, que permitió la incorporación de nuevas naves, y la batalla de Ituzaingó librada victoriosamente por nuestro valiente ejército al mando del general Alvear, impulsaron al Almirante Guillermo Brown a planear un segundo crucero sobre las costas del Brasil. A ese efecto, zarpó con los bergantines “República” e “Independencia”, barca “Congreso” y goleta “Sarandí”, naves que en la noche del 6 de abril de 1827 intentaron forzar el bloqueo de su poderoso contrincante.

Fuentes:

- Ratto, Héctor R. , Historia del Almirante Brown. 3ra edición. Departamento de Estudios Históricos Navales del Estado Mayor General Naval e Instituto de Publicaciones Navales del Centro Naval. 1985. Págs. 233-235.

- De Marco, Miguel Ángel, Brown, primer almirante de los argentinos. Emecé, Buenos Aires, 2021, págs. 231-234.

- Merino, Tomás, Rastros de nuestra historia naval y marítima: Carmen de Patagones. En Revista del Mar Nº 180-2023.

 

Asalto a la Itaparica. Museo Emma Nozzi, Carmen de Patagones.