Con las operaciones patriotas en la Isla Martín García y Arroyo de la China, ocurridas en marzo de 1814, se lograron las condiciones necesarias para cumplir el objetivo principal del Almirante Brown: bloquear y tomar Montevideo, que se encontraba en poder de los realistas y era base de sus operaciones en el Río de la Plata.
La flota del jefe naval Jacinto de Romarate permaneció aislada en aguas del río Uruguay, impedido de auxiliar al resto de la flota realista que estaba apostada en Montevideo.
Desde mediados de abril, el Almirante Brown, que izaba su insignia en la fragata “Hércules”, con una fuerza naval compuesta por esa nave, la “Belfast”, con Oliverio Russell, segundo al mando, la “Zephyr”, con el capitán King, la “Nancy”, con Leech y la “Juliet” con Guillermo Mac Dougall, comenzó a bloquear el puerto citado. Luego se le sumaron la “Agreeable” al mando de Baxter, la “Santísima Trinidad” al mando de Hubac y el falucho “San Luis”, capitaneado por Guillermo Clark.
El día 14 de mayo tuvo lugar la primera jornada de combate en aguas de Montevideo. Los marinos hispanos, al mando del mismo comandante del Apostadero, capitán de navío Miguel de la Sierra, por enfermedad de Primo de Rivera, salieron con sus naves para enfrentar a nuestra Escuadra. El plan patriota era atraer al enemigo a aguas profundas, interponerse entre él y la costa, y presentar combate. Y así fue, a mediodía se entabló un cañoneo con la retaguardia española, pero debido a la falta de viento para maniobrar los buques, tras horas de fugaz combate, los buques casi permanecieron inmóviles por la calma reinante. La jornada terminó sin definición clara y al día siguiente, la ausencia de viento y una fuerte tormenta, impidieron que se continuase con las acciones. El queche “Hiena”, de Sierra, comandante de la escuadra realista, hizo rumbo al sur, abandonando a su suerte al resto de la escuadra.
En la noche del 16 al 17 de mayo, la “Hércules”, nave insignia de Brown, arremetió contra la retaguardia española y rindió a un bergantín, mientras que las otras naves argentinas apresaron una fragata y una corbeta. Brown, que había trasladado momentáneamente su insignia a la sumaca “Itatí” pues era más ligera y le permitía dirigir las operaciones en su conjunto, le dio su bautismo de fuego cañoneando con ella un buque de la cola de la fugitiva línea enemiga. En esta acción, que se la denominó de El Buceo, por producirse en la punta de ese nombre, Brown cayó herido en su pierna izquierda por el retroceso de un cañón.
A pesar de la herida considerable, que le redujo el húmero en unos diez centímetros y lo obligó, luego de una larga recuperación, a usar calzado especial de por vida, Brown se trasladó a la “Hércules” para completar las operaciones al día siguiente. Se negó a ser llevado a la enfermería, y en la toldilla de su capitana fue atendido por los médicos Bernardo Campbell y Francisco Ramiro, mientras dirigía las acciones. La fractura pasó a ser secundaria pues había llegado uno de los momentos más gloriosos de su vida. Su estoicismo triunfó sobre los dolores del cuerpo.
En la mañana del 17 de mayo se desarrolló la última jornada del combate, completando el apresamiento y destrucción de la flota realista, poniendo fin al dominio español en aguas del Río de la Plata y permitiendo la caída de Montevideo, que fue tomada por nuestro Ejército al mando del General Alvear, el día 23 de junio. Ya estaban las condiciones dadas para que el general José Francisco de San Martín gestara y llevara a cabo su gran campaña americana.
Escribió el General Alvear en esa misma fecha del 17 de mayo de 1814 “al amanecer de hoy se observó que los sucesos de la noche habían decidido la suerte de las escuadras combatientes, y el sol y la victoria se presentaron a un tiempo mismo, en este memorable día.”
El historiador Héctor Ratto realizó un excelente análisis de los elementos que llevaron a esta victoria:
Las causas de este triunfo constituyen un premio a la fiel observancia de principios estratégicos, tácticos y maniobreros: la separación de las fuerzas enemigas luego de la acción de Martín García y su internación en el Arroyo de la China; la sagacidad con que luego de un corto bloqueo del puerto enemigo facilitó Brown la salida de Sierra para interponerse entre la costa y las naves de este jefe; la bondad de su plan, en pugna con las ideas del Directorio; la excelente conducción táctica de la batalla nocturna del 17 de mayo; las atinadas maniobras de la flota en más de tres días de evoluciones y, principalmente, la cohesión y disciplina de las naves creadas por nuestro héroe de las que son pruebas las sangrientas jornadas de Martín García y Arroyo de la China, que precedieron a la batalla decisiva de Montevideo.
Esta gloriosa fecha fue instituida mediante Decreto Nº 5.304 de 1960, como "Día de la Armada Nacional", honrando la actuación naval que facilitó la consolidación de los principios de la Revolución de Mayo.
Bibliografía consultada:
- Ratto, Héctor, Historia del Almirante Brown, 3° edición, Instituto de Publicaciones Navales. 1985.
- De Marco, Miguel Ángel, Brown, el primer almirante de los argentinos. Emecé, Buenos Aires, 2021.
Imagen: Combate Nocturno del Buceo (Montevideo). Óleo Emilio Biggeri, 1964.