Pasados los tiempos de la Guerra de la Independencia, el agotamiento de la Campaña de Corso y el desgaste familiar que esto había supuesto, finalmente el Almirante Guillermo Brown podía descansar de tanto fragor en su Kinta de Barracas. A principios de 1820 el gran héroe naval se dedicó a trabajos de agricultura acompañado de su esposa. Con pico y azada limpiaba los matorrales de cardos y preparaba la tierra para sembrar; Elizabeth llenaba de flores las galerías de la casona, bastante abandonada, creyendo que empezaban tiempos de bonanza.
Entre 1822 y fines de 1825, la familia Brown Chitty se dedicó a la vida hogareña, centrada en la recuperada Casa Amarilla, en la que Doña Elizabeth Chitty de Brown, además de atender sus funciones de ama de casa y madre de cuatro hijos, se ocupaba de la administración de la quinta y el gobierno de los peones y sirvientes. Brown, que había abandonado sus tareas de naviero del Plata, se dedicaba a la compra de ganado en pie, especialmente mulas para su exportación y frecuentaba la colectividad irlandesa.
Combate Punta Collares. Óleo de Emilio Biggeri. Museo Naval de la Nación. Argentina.
Sin embargo, la Patria lo iba a convocar nuevamente y la paz familiar recobrada a partir de 1823 tendría poca duración, al ser sacudida por el estallido de la Guerra con el Brasil y requerirse la presencia del marino al frente de la Escuadra Republicana. Volvía Guillermo Brown al servicio activo que lo sacaría de su hogar y lo llevaría nuevamente a la cubierta de su nave capitana.
El 10 de diciembre de 1825 el Imperio del Brasil le declaró la guerra a las Provincias Unidas del Río de la Plata. Los antecedentes de este conflicto se remontaban a la vieja rivalidad entre sus antecesores, los Reinos de España y Portugal de principios del siglo XV, época de los descubrimientos marítimos y geográficos, momento en el que se suscitó un importante conflicto de límites, siendo la Cuenca del Plata el área de disputa más destacada. Portugal nunca aceptó los límites que la Iglesia Católica había determinado a través de bulas y tratados.
La Colonia del Sacramento, que había sido fundada en 1680 por los portugueses, fue una plaza clave en esta lucha, cambiando de bandera portuguesa a española en numerosas oportunidades. Hubo luchas, tratados de paz y mediaciones de otros gobiernos durante siglos. Así, hacia 1816, la Banda Oriental había sido liberada del poder español por las fuerzas de Buenos Aires y el general Artigas se convirtió en la figura que ejercía el mando. El general portugués Carlos Federico Lecor invadió la Banda Oriental y luego de una cruenta lucha de cuatro años, los lusitanos (portugueses) la ocuparon totalmente, debiendo retirarse el general Gervasio Artigas.
El factor desencadenante de la guerra argentino-brasileña ocurrió el 19 de abril de 1825. El general Juan Antonio Lavalleja, militar oriental al frente de un movimiento de insurrección llamado “Los 33 orientales” partió de San Isidro con la ayuda del pueblo de Buenos Aires y desembarcó en la orilla izquierda del Río Uruguay. Luego de una serie de victorias sobre las fuerzas de ocupación, un Congreso convocado por Lavalleja y reunido en La Florida, declaró con su voto que la Banda Oriental permanecería unida a las Provincias Unidas del Río de la Plata e independiente del Imperio del Brasil.
Combate 9 de febrero 1826. Sundblad.
Asimismo, el Congreso argentino dictó una ley aceptando esa reincorporación y lo comunicó a la Cancillería imperial. El Emperador de Brasil, Pedro I, resolvió poner fin a esta situación declarando la guerra a las Provincias Unidas el 10 de diciembre de 1825, autorizando cualquier medio para enfrentarlas, por tierra y por mar, e incluso el corso.
El Imperio bloqueó el Puerto de Buenos Aires. Nuestro país carecía de una escuadra y sólo contaba con algunos buques.
El 12 de enero, el coronel mayor de marina Guillermo Brown, fue designado Jefe de la Escuadra. Manifestó al gobierno la necesidad de reforzarla, adquiriéndose algunos buques y quedando conformada de la siguiente manera: fragata “25 de Mayo”, al mando del capitán Parker; los bergantines “General Belgrano”, “Congreso Nacional”, “República Argentina”, “General Balcarce” y nueve cañoneras, al mando del coronel Juan Bautista Azopardo, capitán Guillermo Mason, teniente Roberto Beazley y capitán Bartolomé Ceretti, respectivamente; y la goletas “Sarandí”, al mando del sargento mayor Martín José Warnes y “Pepa”, a cargo del teniente Víctor Francisco Dandreys.
Brown, con estas naves y acompañado de las cañoneras, zarpó de Buenos Aires el 8 de febrero de 1826 y volvió a surcar las aguas del Rio de la Plata, como lo había hecho doce años atrás, para defender su patria adoptiva, con una flota muy inferior a la escuadra imperial.
Recordatorio del combate de Punta Colares colocado junto al busto del almirante Guillermo Brown, que se encuentra en Foxford, condado de Mayo, Irlanda, solar natal del almirante Brown
Fuente: Centro Informativo Berazategui https://centroinformativoberazategui.com.ar/que-fue-el-combate-de-colares-en-hudson/
Encabezaba la columna la fragata “25 de Mayo”, en la que enarbolaba su insignia Brown.
A mitad de camino entre Buenos Aires y La Colonia se divisaron las velas de la flota enemiga bajo el comando del vicealmirante José Rodrigo Ferreira Lobo. Brown se dirigió a su encuentro y en las primeras horas de la tarde del 9 de febrero se inició el combate. La “25 de Mayo” se lanzó contras los buques imperiales. Debido a la falta de señales de la capitana, los otros buques de la escuadra no la siguieron, por lo que Brown soportó solo el fuego enemigo por más de una hora, alcanzándolo el resto de la escuadra con posterioridad.
Las cañoneras rezagadas corrían peligro, motivo por el cual Brown con la “25 de Mayo” trabó un segundo combate con los brasileños, pero esta vez apoyada por el bergantín “Congreso Nacional”. Al cabo de una hora de cañoneo, Brown puso fin a la acción, viendo que sus cañoneras habían podido alejarse rumbo a Buenos Aires.
Brown en el parte del combate manifiesta su dolor y su desamparo, y a raíz de este, los comandantes fueron sometidos a un consejo de guerra, siendo sobreseídos pero separados de sus cargos. Como consecuencia de ello, se produjo un cambio total en los mandos de los buques de la Escuadra Nacional que, en pocos meses, llevaría a la gloria de Los Pozos.
El Combate de Punta Colares se desarrolló frente a las costas de Berazategui, en la desembocadura del arroyo Las Conchitas, fue la primera acción de envergadura llevada a cabo durante la guerra contra el Imperio del Brasil. Aunque fue una derrota para el bando patriota, significó el regreso del Gran Almirante al servicio activo, el fortalecimiento de la Escuadra Nacional y la prueba de fuego que tuvo como consecuencia el nombramiento de destacados marinos al frente de los navíos.
Fuentes:
- La Guerra contra el Imperio del Brasil. Primeras acciones navales. José R. Bamio, en Revista del Mar 112, pág. 57-59.
- El Combate Perpetuo. Marcos Aguinis. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 1995.
- Guillermo Brown. Apostillas a su vida. Pablo E. Arguindeguy y Horacio Rodríguez. Instituto Browniano, 1994. Págs. 167-170.